Este árbitro fue agredido durante el transcurso de un partido de fútbol, tras caerse en la disputa de un balón y cogerle, sin que el colegiado hubiera pitado falta, por lo que le pitó mano. Al protestar le amonesta, y acto seguido le hace un gesto de desprecio o incluso, no se sabe, le llegaría a insultar, y fue expulsado. El jugador, que no debería jugar más al fútbol en su vida, se gira vilmente y le da una patada al árbitro que estaba distraído para anotar el suceso.
En España ya se han dado bastantes casos sobre este tipo de problemas. Que se frenen ya las agresiones a los árbitros y reciban autoridad suficiente para "ponerles las pilas" a jugadores tan impresentables como este.
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